Isla Delfín, un bello lugar en mitad del Mediterráneo

Isla Delfín
Isla Delfín

El verdadero nombre de Isla Delfín es Li Galli o La Sirenuse, bello archipiélago natural ubicado junto a la costa italiana de Amalfi, entre Capri y Positano. Sin duda esta porción de la región de Campania es una de las más bellas y conocidas zonas marítimas de toda Italia.

El hotel ubicado en la Isla Delfín consta de instalaciones en las que encaminan los ambientes hacia clientes con familia, adultos que buscan tranquilidad o visitantes que prefieren disfrutar el máximo lujo. Incluye zonas de hidroterapia de un spa que solo por su ubicación se ha convertido en un referente a nivel mundial. Además puedes deleitar el paladar con los diversos restaurantes con la máxima categoría.

A pesar de su belleza natural y literaria cuenta con grandes personalidades que fueron sus huéspedes tales como personajes de la talla de Greta Garbo, la princesa Margharet de Inglaterra, Ingrid Bergman, Sofía Loren y Jacqueline Kennedy

En 1920, el bailarín y coreógrafo ruso Léonide Massine se quedó prendado de las bondades de la isla y la adquirió para sus proyectos personales.

Isla Delfín, conocida también como Li Galli, visto desde Torca.
Li Galli visto desde Torca

Convirtió la torre de vigilancia romana, situada en la parte más alta de la isla, en un fantástico espacio habitable que incluía un teatro al aire libre, con un estudio de baile y que posteriormente sería destruido por una tormenta. Messine murió en 1979 y la propiedad estuvo desierta durante más de una década, antes de que otro bailarín ruso, Rudolf Nureyev, la comprara en 1988.

Nureyev había planeado abrir una escuela de ballet en Li Galli pero, 5 años después de haberla adquirido, murió a consecuencia del VIH.

La isla, convertida en la actualidad en un exclusivo recinto privado para artistas, ha visto a lo largo de su historia reciente como su atracción ha ido cautivando a destacadas personalidades que han sabido reconocer en ella el lugar paradisíaco que constituye frente a la Costa Amalfitana. Quién sabe si las sirenas aún continúen hechizando con sus dulces cantos…

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