Si bien es cierto que Frederick Catherwood, dio a conocer al mundo entero la existencia de las ciudades mayas, sus pirámides y sus esculturas monumentales, a través de varios libro, producto de sus expediciones en compañía del escritor estadounidense John Lloyd Stephens, también es cierto que causó polémica con sus fotografías y ejemplares que asimismo contienen textos de Stephens e ilustraciones basadas en los dibujos de Catherwood.
Una de esas polémicas piezas es el Templo de los Frescos de Tulum, ya que se cree que no corresponde a la identificación del monumento hecha en el libro de Von Hage sobre la vida del gran artista.
Pero lo más importante de esta bella litografía, es que en ella aparece el único retrato conocido de Frederick. El mismo se dibujó postrado frente al monumento de un piso y dos fuertes columnas superiores. Se retrató descansando y gozando no sólo del clima sino de la belleza de la arquitectura maya que tuvo ante sus ojos.
Se sabe que para la realización de sus dibujos Catherwood utilizó cámara lúcida obteniendo espléndidos resultados.
Quien estudie a la Civilización Maya por gusto, predilección o investigación, obligadamente tendrá contacto con la obra de este dibujante, fotógrafo, arquitecto y explorador inglés, quien quiso pasar a la posteridad no sólo por sus libros, sino también por su imagen y expresión de admiración hacia los mayas.