El Maltese Falcón

Maltese Falcón
Maltese Falcón

El Maltese Falcón es el yate privado más increíble que jamás se haya construido por varias razones: es el más grande, con 88 metros, pero sobre todo, el más moderno en su concepción debido a la suma de las innovaciones tecnológicas presentes a bordo.

El velero cuenta con tres mástiles sin precedentes y 2 mil 400 metros cuadrados de velas; tiene una maniobrabilidad y una flexibilidad de navegación sin igual, gracias a su sistema de manejo de velas, que es el más avanzado del mundo.

Sus tres palos en carbono son independientes y rotatorios, lo que constituye una novedad mundial. Las velas salen del mástil guiadas por carriles, y extraídas por cuatro motores eléctricos; en menos de seis minutos se establece la totalidad del velamen.

El ajuste de los palos y el repliegue de las velas, se hace a partir de un asiento de comando reservado a Tom Perkins (multimillonario norteamericano que formó parte de la cúpula de Hewlett-Packard, antes de dejar la empresa informática debido a un escándalo de espionaje), el propietario.

En lo que se refiere a las pantallas de control, éstas muestran el status de las velas, el funcionamiento de los motores eléctricos, el ángulo del viento y la dirección de las velas.

El arquitecto de interiores fue Ken Freivokh, quien concibió un ambiente basado en la colección de objetos de arte de Perkins; todas las cabinas tienen pinturas y ofrecen una comodidad inaudita.

La carlinga del mástil es el atrio, y la transparencia de los pisos permite ver el palo central de la parte inferior, una extraña visión.

En una mesa se encuentra una réplica de un Bugatti modelo 35, la cual con un movimiento se guarda debajo de la mesa, a fin de ahorrar espacio.

El yate también cuenta con una bodega de vinos, con grandes vendimias colocadas en un soporte de cuero que se puede admirar detrás de los paneles traslúcidos.

El spar, situado en la parte anterior, soporta los sistemas de navegación y comunicación por satélite. Además, uno de los tres anexos permite desembarcar y abordar al superyacht.

La velocidad máxima alcanzada por el velero ha sido de 46 km/h. (24.9 nudos).

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