Paquimé

El lugar de las casas grandes.

Alex "Pelos" Briseno

Paquimé. Chihuahua.
Paquimé

Al hablar de Mesoamérica uno se imagina las grandes zonas arqueológicas del centro y sur del país, así la cultura maya y mexica vienen a nuestra mente. Por ello cuando nos referimos a Paquimé, muchos de nosotros pensaríamos que se encuentra enclavado en algún estado de la República con influencia de las culturas antes mencionadas. Pocos pensarían que se encuentra en un lugar tan “lejano” como el estado de Chihuahua.

Paquimé se encuentra ubicado en la región de Casas Grandes, y es la zona arqueológica más importante del norte de la República Mexicana. Su nombre viene del náhuatl y significa “Casas Grandes”.

Las investigaciones recientes nos dejan ver que hacia el año del 700 de nuestra era, el centro conocido como Paquimé comenzó a poblarse y crecer. Sus habitantes practicaban la agricultura y construían sus casas de adobe semienterradas. Pero ¿cómo un lugar así comenzó a tener importancia en la región?

Paquimé. Casa de las Guacamayas.
Casa de las Guacamayas.

Los habitantes de Paquimé comenzaron a comerciar con los diferentes recursos que les propiciaba su entorno, así las caravanas de comerciantes ofrecían objetos como: sal, conchas, cerámica, cobre y plumas de guacamaya.

Se sabe que Paquimé fue un importante centro de intercambio comercial. Surtía turquesa -procedente de minas norteñas- hasta el centro y sur de México, lo mismo que concha traída por toneladas desde las costas de Sonora, Sinaloa y la Baja California; asimismo, las guacamayas y sus plumas eran redistribuidas por toda la región. Su extraordinaria cerámica policromada fue igualmente utilizada como bien de pago.

Paquimé, asentada en el desierto chihuahuense.
Paquimé, asentada en el desierto chihuahuense

De esta forma, Paquimé comenzó a tener una gran importancia como un centro regulador del comercio, el más importante en el norte del país. Así el sitio comenzó a crecer y las últimas investigaciones han traído a la luz descubrimientos de cómo vivían y la manera en que los habitantes de Paquimé construyeron su ciudad.

Famosa por sus construcciones de adobe, que demuestran la destreza de los arquitectos prehispánicos, la zona con una extensión de 70 hectáreas, sólo tiene una fracción excavada.

Al oeste de esta antigua metrópoli, hay una hilera de estructuras construidas con relleno y piedra que probablemente estuvieron cubiertas con cal pintada, eran los centros ceremoniales.

Paquimé
Paquimé

Las construcciones más representativas son las grandes casas que, en algunos casos y según los cronistas, alcanzaban los siete pisos de altura. Además en dichas edificaciones encontramos un elemento arquitectónico que es característico de Paquimé: las puestas en forma de “T”.

Debido a las bajas temperaturas que se dejan sentir en el norte, en varias casas, si no es que en todas, los investigadores han encontrado sistemas de calefacción que permitían mantener los hogares calientes.

Puertas en forma de "T".
Puertas en forma de «T»

En la zona se observa el patrón de construcción de sus edificios y monumentos ceremoniales con tierra arcillosa, a partir de lodo precolado y apisonado.

Pero esos no eran todos los “adelantos” que tenía la ciudad, ya que al encontrarse en un clima desértico, el agua era un recurso de vital importancia, y para poder suministrar el líquido a la ciudad se contaba con un sistema hidráulico que se basaba en la utilización de acequias que se abastecían en el manantial conocido como Ojo Vareleño, localizado a cinco kilómetros de la ciudad.

Quizás el aspecto más importante de esta cultura, fue la construcción de enormes obras llevadas a cabo en las laderas de la sierra que impedían la erosión y que llevaban el agua a los terrenos de cultivo, que a su vez mantenían a esta progresista comunidad.

Paquimé.

Analicemos este punto. En la actualidad 5 km no son un distancia tan grande, es más, muchos de nosotros recorremos esa distancia a diario por nuestros trabajos, pero en aquella época era una distancia enorme y lograr traer el agua era todo un desafío, del cual dependía su vida.

El agua se transportaba a traves de acequias, puentes, canales y diques para terminar en un pozo subterráneo, localizado en la ciudad, para suministrar el vital líquido en épocas de sequía.

Detalle de la técnica de construcción.
Detalle de la técnica de construcción

Una vez resuelto el problema de la calefacción y el agua, los habitantes podían construir otras edificaciones, como casas para la clase gobernante, templos para sus dioses, lugares para criar a las guacamayas e inclusive canchas del Juego de Pelota.

Estas canchas permitieron a los investigadores conocer y comprobar la influencia que tuvo Mesoamérica en Paquimé, ya que al principio se pensó que ésta ciudad tuvo un crecimiento independiente, así como el culto a una de las deidades más importantes y representativas del área: Quetzalcóatl; esto, confirmado con el descubrimiento del Montículo de la Serpiente.

Otros edificios importantes de Paquimé

Casa de Hornos, que recibe este nombre por albergar grandes hornos donde se cocinaba el agave para hacer mezcal.

Paquimé.

La Casa de la Noria, que es una de las construcciones hidráulicas más grandes e importantes de Mesoamérica, ya que cuenta con una red de canales para la distribución del agua y una noria con aproximadamente 12 metros de profundidad; además, se han localizado turquesa y cobre, a más que en uno de los cuartos se encontraron más de tres millones de pequeñas conchas de mar provenientes del Pacifico

La Casa de los Cráneos y la Casa de los Muertos, fueron lugares que se bautizaron así debido a la gran cantidad de restos humanos localizados en ellas, solo para darnos una idea, en la casa de los muertos se localizaron noventa entierros; las investigaciones siguen tratando de decirnos por qué se hicieron estas sepulturas.

Museo local. Paquimé.
Museo local

Uno de los lugares más representativos de la ciudad es el conocido como Casa de las Guacamayas, que está compuesto por jaulas para estas aves; en ellos se han localizado cascarones de huevo y huesos de guacamayas adultas. Estos restos han permitió identificar qué clases de guacamayas se utilizaban y así se pudo saber que eran de dos tipos: la “militar”, que se localiza en los estados de Sinaloa y Chihuahua, a unos cientos de kilómetros de distancia de Paquimé, y la Guacamaya roja originaria de la Costa de Veracruz, lo que demuestra el intercambio comercial.

Localización

Esta zona arqueológica se ubica en una región aislada en el flanco este de la Sierra Madre Occidental, a casi un kilómetro al sur de Casas Grandes, a 10 de la población de Nuevo Casas Grandes, a más de 200 kilómetros y 4 horas de la capital chihuahuense y a sólo tres horas de Ciudad Juárez.

Vasijas representativas de los pobladores y la forma en que decoraban sus cuerpos.
Vasijas representativas de los pobladores y la forma en que decoraban sus cuerpos

Paquimé fue construida en un emplazamiento privilegiado situado a orillas del Río Casas Grandes, cuyo afluente era fuente de vida en medio de estas agrestes y áridas tierras, en tanto que la sierra proporcionaba los bosques de encino para la madera de sus casas. Los vestigios del primer asentamiento, constituido bajo una docena de aldeas que crecieron tanto que se absorbieron, están a sólo unos cuantos kilómetros, en el lugar que hoy se llama El Convento (974-600 a.C.), en donde más tarde los españoles establecieron el Convento de San Antonio de Padua.

A la llegada de los conquistadores españoles, éstos encontraron un poblado con construcciones de hasta siete pisos de altura, y al preguntarles a los nativos jumas por el nombre del pueblo, éstos les respondieron “Paquimé”, por lo que Don Francisco de Ibarra le otorgó al pueblo el nombre de Casas Grandes.

Interior del museo de Paquimé.
Interior del museo de Paquimé

Este conquistador describió así su primer encuentro en el lugar: “esta gran ciudad… contiene edificios que parecen haber sido construidos por los antiguos romanos.

Es impresionante verlos. Hay muchas casas de gran tamaño, fortaleza y altura… Tienen seis y siete pisos, con torres y muros como fortalezas para protección y defensa contra los enemigos… las casas contienen grandes y magníficos patios…”.

En el siglo XVII en la región de Casas Grandes se fundó la primera misión española con un presidio para sojuzgar a los nativos de la región y en el siglo XVIII se realizó una inspección a los presidios del lugar que legó una descripción de los vestigios de la zona arqueológica; hacia fines del siglo XIX fue visitada por Carl Lumholtz, y Adolfo Bandelier, quién efectuó un trabajo sobre las culturas del norte publicado en 10 volúmenes.

En el siglo XX y al inicio del actual, se consolidaron muchas investigaciones respecto de la zona de Paquimé, por lo que en 1998 fue declarada, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Patrimonio de la Humanidad por sus peculiares características, situación que le da un atractivo más al visitante para revalorar la riqueza cultural de México.

Panorámica de Paquimé.
Panorámica

Leyenda de Paquimé

Muchos sucesos bélicos se han suscitado en las cercanías de zonas arqueológicas, como en el caso de Angkor en Cambodia, en Líbano o El Salvador; en el caso mexicano, aconteció que durante el enfrentamiento militar de las fuerzas maderistas contra el ejército porfirista en la batalla de Casas Grandes, relativamente cercana a la zona arqueológica, el propio Francisco Ignacio Madero fue herido en un brazo, quedando testimonio gráfico de ese hecho.

Además, en Paquimé encontramos un ejemplo de cómo las diferentes etapas de la historia de México se unen, a pesar de los siglos de diferencia. Estamos hablando de la época prehispánica y la Revolución Mexicana, que se juntan en el Montículo de los Héroes debido al gran numero de revolucionarios maderistas que se enterraron ahí en 1911.

Museo de las Culturas del Norte.
Museo de las Culturas del Norte

Es condición sine qua non, visitar como opción extra de distracción, entretenimiento y conocimiento, el Museo de las Culturas del Norte, cercano a la zona arqueológica de Paquimé por ofrecer un interesante guión museográfico informativo sobre la arqueología, historia y costumbres de esta gran cultura norteña prehispánica, con una importante colección de piezas arqueológicas e históricas, vinculadas con la misión de San Antonio de Padua establecida en 1660, así como de una sección dedicada a los grupos étnicos y mestizos recientes, además de algunos testimonios relativos al movimiento revolucionario en Chihuahua a principios del siglo XX.

Recomendaciones

Para acceder a la zona se recomienda seguir por la carretera 16 desde Ciudad Juárez hasta Ciudad Cuauhtémoc y seguir por la ruta 23 hasta llegar a Nuevo Casas Grandes, donde encontrará todas las opciones usuales de turismo, incluyendo un aeropuerto. Muy cerca de ahí, se encuentra el viejo Casas Grandes, donde también encontrará servicios.

Los meses más recomendables de visita son marzo, abril, octubre y noviembre; julio y agosto son lluviosos, mientras que durante enero, febrero, mayo, junio, septiembre y diciembre encontrará clima muy extremo.

Es aconsejable llevar ropa ligera, porque el clima es caluroso, y zapatos muy cómodos, pues hay que caminar mucho y descender o ascender por senderos en la montaña. Si se visitan las cercanas aguas termales de Huápoca, llevar traje de baño.

Finalmente, se invita a disfrutar ese paseo cultural y a recordar que la práctica del turismo ilustra y amplia el conocimiento, influye en la vocación profesional de los niños y jóvenes, e instruye para valorar el vasto patrimonio natural y cultural de México.

Paquimé es un lugar turístico inolvidable y un ejemplo más de la riqueza arqueológica e histórica que nuestro país tiene, y debemos de seguir investigándola, pero la investigación no es todo. Nuestros queridos lectores, al leer estos artículos participan en la cadena de comunicación para llegar a conocer más de nuestro pasado y saber de los más recientes resultados de nuestra investigación.

Más información: Gobierno del Estado de Chihuahua

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