Rosca de reyes, tradicional y deliciosa

Tradición que se sostiene desde la época colonial, anteriormente se escondía un haba; símbolo de huida de Herodes. Ahora, da paso a otra celebración: Día de la Candelaria.

Inicia un nuevo año y con ello continúan los festejos anuales y tradiciones mexicanas de temporada, y en este caso corresponde a la Rosca de Reyes, celebración que cobró fuerza durante la Edad Media y que llegó a nuestro país en los primeros años del virreinato.

Esta costumbre del cristianismo, reúne a la familia y a los amigos el 6 de enero, día de los Reyes Magos; la tomó la Iglesia de los romanos incluyéndola en la celebración de la Epifanía, que recuerda la revelación de Jesús a los Reyes Magos.

Sus nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar, Reyes Magos ataviados con llamativas vestimentas que salieron de Oriente y que hoy con el paso de los años forman parte de las celebraciones decembrinas. Cargados de regalos, oro, incienso y mirra, especialmente para el niño, y según narra en algunos pasajes la Biblia, cada uno de estos obsequios guarda un significado muy especial.

La tradición de la rosca

La historia cuenta que de Persia salieron los tres Reyes Magos para ir a adorar al Niño Jesús. Y según lo narra Marco Polo en su libro El Millón: «Los tres reyes de la comarca se pusieron de viaje para adorar a un profeta recién nacido y llevarle tres ofrendas: oro, incienso y mirra. Si el profeta tomaba el oro, era rey terreno; si tomaba el incienso era un Dios; y si tomaba la mirra, era un médico”.

Reyes Magos.
Reyes Magos

Resolvieron ir entonces los tres al mismo tiempo a adorar al Niño. Y lo encontraron del tamaño de la edad que le correspondía, tenía tres días. Se postraron ante él y le ofrecieron el oro, el incienso y la mirra. El niño tomó las tres ofrendas y les dio a cambio un cofrecillo herméticamente cerrado.

Dentro del cofrecillo los Reyes encontraron una piedra, con la cual el Niño les quiso significar que debían ser firmes y constantes en su fé; pero como desconocían el significado la arrojaron a un pozo y vieron que de las nubes descendió una llamarada que se hundió hasta la piedra. Comprendieron que se trataba de un talismán, tomaron parte del fuego y lo llevaron a sus respectivos países para mantenerlo ardiendo y utilizarlo en todos los holocaustos».

El niño Jesús y los tres reyes.
El niño Jesús y los tres reyes

Y para conmemorar esto, nació la costumbre de partir la rosca de reyes, que se origina en la Edad Media. En Francia comenzó a celebrarse esta fecha, cristianizando la costumbre pagana de «elegir un rey de las fiestas» Inspirado en el Eclesiastés, la gente se reunía en la noche familiar alrededor de una rosca de pan dulce adornada con azúcar y frutas cristalizadas, en la que habían escondido un haba, como símbolo de la huida de la persecución del rey Herodes.

Hoy en día el haba ha sido sustituida por una figurilla de plástico escondida en el pan. Cada persona corta una rebanada de rosca, y el cuchillo simboliza el peligro en el que se halla el niño Jesús. La persona que tiene la suerte de encontrar la figurilla al cortar el pan, es, según la costumbre, anfitrión de otra celebración posterior.

No se sabe a partir de cuándo se comenzó a esconder dentro de la rosca un niño Dios de porcelana, pero lo que sí se sabe es que quien encontrara al niño, automáticamente se convertía en el padrino del mismo.

Rosca de reyes.
Rosca de reyes

Por ejemplo en México, es el 2 de febrero, día de la Candelaria, y la tradición observa que esta persona debe confeccionar un «ropón» al niño Jesús. Es decir, vestirlo de gala y ofrecer a sus invitados los tradicionales tamales hechos de maíz, (el alimento prehispánico por excelencia) y chocolate, «el alimento de los dioses».

La rosca de reyes es de origen español y cuando los españoles llegaron a México, fue una de las tradiciones religiosas que inculcaron en los pueblos prehispánicos.

Ahora, la rosca es un postre que se consume el día 6 de enero, se le acompaña con una taza caliente con chocolate, fundiéndose una vez más lo indígena con lo español, conmemorando que los Reyes Magos encontraron el pesebre donde nació Dios. Se le decora con frutas curtidas o secas como higos, membrillos, cerezas, tunas y acitrón.

Es así que por la mañana del día 6, los niños reciben regalos, que los reyes les dejan durante la madrugada de la víspera en sus casas, en representación de los presentes que los Reyes Magos le llevaron al Niño Jesús.

En algunos lugares de México se tenía por costumbre guardar en la rosca un anillo y un dedal, lo que significaba para quien encontrara el anillo boda próxima, y soltería por lo menos de un año a quien encontrara el dedal.

Actualmente la partida de la rosca de reyes ha contribuido a establecer lazos de convivencia en los centros de trabajo, puesto que esta tradición se ha hecho extensiva y ha dejado de ser exclusiva del ámbito familiar.

Los niños escondidos en la rosca se han multiplicado y los padrinos de los mismos han de regalar a los comensales con atole y tamales el 2 de febrero. Algunas personas que participan en la partida de la rosca, en ocasiones son capaces de tragarse al niño para eludir el compromiso que dicta la tradición.

El día 6 de enero también se acostumbra “levantar al niño”, es decir ese día se retira el nacimiento y en muchos lugares el niño Dios es entregado a los padrinos que se habían escogido desde Navidad, para que el 2 de febrero, durante la fiesta de la Candelaria, lo vistan elegantemente y según la tradición cristiana lo lleven a bendecir al templo como sucedió con Jesús, que a los 40 días de nacido fue presentado con los sacerdotes.

Como vemos, la costumbre de partir la rosca de Reyes es una fusión de diversas culturas a través del tiempo que da sentido y origen a esta hermosa tradición.

Preparando una rosca de reyes

Ingredientes:

60 gramos de levadura fresca.
500 mililitros de leche o agua tibia.
600 gramos de azúcar granulada.
14 piezas de huevo.
15 gramos de sal yodatada.
2 kilos de harina.
1 kilo de mantequilla.
Ralladura de naranja al gusto o canela molida.
Frutas cristalizadas como higo y acitrón al gusto.
6 muñequitos (dependiendo del tamaño de la rosca)
5 yemas de huevo.

Preparación:

En un tazón con agua tibia o leche espolvorea la levadura; mezcla con un tenedor hasta que la levadura se disuelva. Procura que el agua o la leche no estén muy calientes ya que esto puede provocar que el efecto leudante de la levadura se corte. Deja reposar la mezcla entre 5 y 10 minutos e incorpora media taza de harina, ya mezclada cubre el recipiente con plástico y déjalo reposando en un lugar cálido hasta que la mezcla doble su volumen (25 a 30 mins).

Mezcla la harina, la sal y el azúcar y agrega los huevos de uno en uno, también ve incorporando la mantequilla y las yemas de huevo, y por último se incorpora el pie de la levadura (la pasta anteriormente preparada) y la ralladura de naranja, se deja batir durante 10 minutos hasta que despegue la masa.

Luego se saca de la batidora y se deja reposar durante dos horas. Se forma la rosca en una charola, por la parte de abajo se colocan los muñequitos de plástico al gusto. Se adorna con acitrón y frutas cristalizadas al gusto. Se barniza con huevo y si se desea, puede espolvorearla con azúcar. Se hornea a 180 grados centígrados, durante 15 o 20 minutos.

Más información: México en mi cocina

Salir de la versión móvil