Xochimilco

Sede de la "Flor más Bella del Ejido" una de las celebraciones más tradicionales del valle de México.

La Flor más Bella del Ejido.
La Flor más Bella del Ejido

Xochimilco es uno de los principales destinos turísticos de la capital de México, y entre sus canales centenarios, se lleva a cabo una fiesta que es considerada como una de las más hermosas del país, tanto por su ya añeja tradición como porque a través de los años ha mantenido su actualidad: la “Flor más bella del Ejido”, siendo como siempre inaugurada en el Centro Histórico de la demarcación, donde la mujer representante de la belleza xochimilca, es admirada principalmente por los visitantes dominicales, tanto nacionales como extranjeros.

Pero hablemos del marco en el que esta magna celebración, que ha alcanzado popularidad nacional y es conocida allende nuestras fronteras.

Xochimilco es un nombre náhuatl que nos transporta hacia el pasado prehispánico de un México que brilló con esplendor, es el lugar donde se cultivan las flores -lo que le da origen a su nombre-. Es muchas cosas: donde se enmarca la pasarela de la flor-mujer, la femineidad-tradición, la representante de la madre tierra, la fertilidad, la diosa rodeada de una estela de neblina-misterio, de árboles, hortalizas y animales, el símbolo de la belleza, la tierra que cuenta con la bendición de la abundancia.

Canales de Xochimilco.
Canales de Xochimilco

Cabe recordar que Xochimilco contaba con una flora y una fauna de las más ricas y variadas. En las montañas existían densos bosques mixtos, con árboles de madera dura, como el encino, y blanda como el pino, y extensas poblaciones de oyamel, la conífera más típica de las montañas mexicanas.

Esta tradición nos remonta a cuando el tercer Señor de los xochimilcas fue TlahuicatlI o Atlahuicatl, que encabezó su mandato durante 10 años y estableció el culto a la diosa Xochiquetzalli, que era la diosa de las flores.

Pero no nada más a ella se le rendía culto, sino a los dioses del agua y de la vegetación, quienes jugaron un papel muy importante, como Tláloc, quien según se cuenta tuvo por primera esposa a Xochiquetzal, la diosa de las flores y del «bien querer», la que le fue robada por Tezcatlipoca.

También existe la imagen de Xochipilli, el «príncipe de las flores», patrón de los bailes, de los juegos, del amor y representante del verano (algunas veces se le concibe afín a Tezcatlipoca); que junto con su esposa Xochiquetzal eran adorados principalmente por la gente de las chinampas, los xochimilcas, que entonces como ahora cultivaban en sus jardines flotantes o chinanpas, las flores que consumían los templos y los palacios de Tenochtitlan.

La Flor Más Bella del Ejido.

Fue en la época colonial, durante el proceso de mestizaje entre los pueblos mexica e hispano, que el culto a estos dioses se modificó, lo que de ninguna forma hizo que desapareciera.

Fue entonces cuando se originó propiamente este desfile de flores-mujer, representantes de la deidad a quien se le rendía culto, desfile que toma el antecedente prehispánico y lo mezcla con las celebraciones del Viernes de Dolores, que se llevaban a cabo en el paseo de la Viga, del pueblo de Santa Anita Zacatlamanco, hoy Iztacalco.

En el proceso de evangelización, los frailes fijaron una fecha establecida por el calendario litúrgico para celebrar el Viernes de Dolores con la instalación de un mercado, en el cual los habitantes compraban provisiones para la siguiente semana, que era de recogimiento y oración.

Se le denominó «Viernes de las Amapolas» y duró 170 años. Se organizaban bailes populares, comidas, bebidas de sabores en base al pulque, concursos de chinas poblanas y trajes de charros. En 1902 la tradición disminuyó debido a que fue cegado el canal de la Viga para hacer el mercado de Jamaica.

En 1921, un importante periódico convoca -para celebrar el centenario de la consumación de la independencia-, a un concurso de belleza denominado «La India Bonita», cuyo objetivo era el de enaltecer la belleza de la mujer indígena de México.

El primer premio se lo llevó una mujer indígena de Puebla llamada María Bibiana Uribe, quien recibió por este hecho un sinfín de premios, entre los que destacaron un aderezo de esmeraldas de la famosa artista María Conesa, la reina de la zarzuela en esas épocas, y un banquete de gala para 100 personas en el restaurante «Xochimilco Inn».

En 1936, a iniciativa del Presidente de la República, Lázaro Cárdenas, se creó el concurso que enaltece la belleza mestiza, con marcados rasgos indígenas, de la mujer campesina que habita en la zona ejidal de la ciudad de México, instituyéndose así como concurso de belleza femenina «La Flor más Bella del Ejido», cuyo festejo se realizaba el Viernes de Dolores en Santa Anita.

A pesar de los esfuerzos del gobierno de la capital para mantener la tradición del viernes de Dolores de las Flores -como también se le conoció-, a finales de los años 40 y principios de los 50 se trasladó el festejo, en 1954, a Mixquic, pueblo perteneciente a la delegación Tláhuac que posee las características tradicionales del antiguo paseo.

Sin embargo, la poca relevancia que obtuvo y la limitada asistencia de visitantes, motivaron que se tomara como sede a Xochimilco, lugar con el prestigio suficiente como centro turístico, con un paisaje y una población que fácilmente podía rescatar y proyectar nuevamente la tradición.

Es entonces, cuando en 1955 se celebra por primera vez en ese pueblo hoy citadino la fiesta de «La Flor más Bella del Ejido», que hasta la fecha se celebra cada año ininterrumpidamente.

La fiesta tiene la misión de recuperar los cultos y manifestaciones prehispánicas que enriquecen a Xochimilco, mediante un desfile de flores que encarnadas en mujer recrean la época en que se le rendía culto a la flor convertida en deidad: Xochiquetzal, pero además promueve el turismo a través de los canales de esta parte de la ciudad, que es quizá la única que guarda un poco –o un mucho- de lo que fue la antigua Tenochtitlan, erigida entre calles acuáticas y hoy surcada por las alegres y coloridas trajineras, donde las familias comen y se divierten escuchando música popular, tras haber asistido a los festejos de este peculiar certamen de belleza, que más que un halago a la mujer, podemos considerar como un monumento a nuestras raíces y cultura.

Xochimilco tiene además de esta fiesta tan peculiar, cientos de atractivos: una gastronomía suculenta, los paseos en trajinera a través de sus canales, escuchando música en vivo y disfrutando de frescas bebidas mientras nos rodea uno de los más hermosos paisajes naturales que es posible gozar en la ciudad de los palacios.

Más información: Alcaldía Xochimilco | Trajineras Xochimilco

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